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"Me sigue, una estrella chiquitita pero firme…"
… las nubes, el arte, la pasión, las ganas… a zancadas, alzando el vuelo…única en su especie
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| Mutilación (noviembre 2005) |
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Quiere ser fea, quiere dejar de merecer. Sólo quiere darse la vuelta a la piel porque así, del revés, resulta mucho más atractiva –aunque no demasiadas se molestan en llegar, ni siquiera, a la dermis–
Ella quisiera ser tan alta como la luna…
y con dos zancadas repartir los besos de las que digan que se la merecen
– María-
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(mi marieta)
Un ABC… sin letras? 
Y es que María siempre fue una doctorada en la filosofía que más me gusta.
p.d. ¡La has quitado! (Tu entrada de la Santa Teresa).
¿Te lo cuento? Vale, sabes que no me estilo, pero hoy me apetece contarte algo mío, y por aquí no nos ve nadie.
Bueno, los bichos es una cosa que me da algo de asquito. Y no hablo de asquito del uy que asquito, sino de ese que te revuelve el estómago, te cosquillea toda la piel y te frotas como si estuvieras lleno de hormigas.
A la Mantis le tengo un respeto especial (respeto en andaluz es miedo).
En la mili, de maniobras cerca de Alcalá de Guadaira, acampamos en un descampado y montamos la tienda lloviendo a mares. Pasé una de las noches más jodidas que he pasado, muerto de frío en pleno enero y con el interior de la tienda encharcada, el saco encima del charco y tu amigo el reflectario dentro intentando dormir con el petate (mochila) de almohada (qué absurdo es el ejército, qué maldita necesidad de joder a alguien durante nueve meses para nada).
De mañana, sobre las seis, noto que algo me rasca la frente. Me creía que era mi compi Veloso, lo mando a tomar viento, no me responde, cojo la linterna, enciendo y veo ese monstruo asqueroso a mi lado, a unos diez centímetros de mi nariz… A esa distancia, parecía un dragón. un dragón enorme, verde de ojos gigantescos. Como para apuntarle con el cetme, sin exagerar.
Imagina el grito que pegué en mitad del campo a las seis de la mañana.
Te parecerá gracioso, pero gracias a ese detalle, la maldita semana de maniobras militares no conseguí pegar ojo. Porque me daba miedo cerrar los ojos ahí dentro.
Dios… Qué asco.
uy, a mi me sale pelo por el cuerpo, y es curiosamente antes, justo antes de la luna llena, creo que debe ser por el aceite de oliva, si eso debe ser, ademas teneis que tener cuidado con el aceite de oliva, tiene un efecto narcotico, curiosamente no recuerdo nada despues de cada luna llena, lo ves, por el aceite de oliva, si es que lo que yo no sepa, jeje, besos a todas las personas que en un momento de sus vidas se han sentido diferentes.
MARK y MIJO, pasote pasote, fin de la transmisión….
¿molestar?… para nada. Entra sin llamar siempre que quieras.
Hay una cosa curiosa, sandra, y es el tema de las mariquitas. Les tengo mucho cariño a esos bichitos tan curiosos. No soy de las que van forradas con piel de vaca ni de leopardo ni, en este caso, con mariquitas por todas partes…ya tengo suficiente conmigo misma y mis plumas de pava real (jejeje). Pero me gustan mucho, y quedan muy bien con todas las flores (qué suertudas!).
Y ese texto… ¡que gran elección!, porque algún día, aunque suene repugnante, tengo que escribir un libro o algo que se titule "En serio, estoy más buena por dentro". Qué asco de apariencias…(ya me entiendo yo)
Oye, sandra, muchas gracias por esta entrada, por esta dedicatoria… aunque ya eras merecedora de besos muco antes, eh?? jijijiijji
Un guiño, media sonrisa de las mías y, sobre todo, un abrazo grande, grande.
Ay María…
Tiene un modo de contar las cosas que me conquista, como me conquistaron sus ojos, su respiración, sus caricias, su tiempo…en esa pequeña cita.
¡Y que arte!.
Un buen finde, guapa, espero que la nieve no te deje mal sabor de boca.
Cachis que se me olvidaba.
Las mariquitas. Voy a disfrazar a los enanos de ellas. Hoy hemos realizado parte del traje, con cartulinas. Ya pondré las fotos. Yo…pensaba de gallina aviar, o de nieve, pero al final creo que de tulipan. Lo que tiene que hacer una…
Besos, rojos, adornado con abrazos a modo de puntitos en tu piel.
Precioso
Un día, paseando aburrido por mi Isla, recordando el perfume de la sirena que se acababa de marchar, mme ocurrió una cosa bastante curiosa. Alcé la vista al cielo en un gesto mecánico y me quedé viendo las nubes; una en particular con forma de zapato. Seguí con mi paseo, seguí llorando el recuerdo de aquel perfume marino que antes habia rozado mi piel y tras avanzar un largo trecho, tiempo después volví a alzar la cabeza. ¡Caramaba!, el zapato, la nube con forma de zapato volvia a estar ahi, me seguía… y yo perplejo.
Pensé, me rasgue las vestiduras ante aquel insondable misterio hasta que, razonando, me di cuenta que le habia dado la vuelta a toda la isla. Joder…
Ra.